- 31 mayo, 2024
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Por Diego Granados Rojas, Socio y Director en ISD, con la colaboración de Valeria Vidal Aguirre.
En los últimos 20 años, empresas, gobiernos y la sociedad civil han visto desfilar un sinnúmero de estándares y guías de reporte ambiental, social y de gobernanza (ESG por sus siglas en inglés). A pesar de sus diferencias, el propósito de todos estos esfuerzos converge en una misma dirección: promover la transparencia y mejorar la rendición de cuentas de las empresas, y ayudarlas a gestionar riesgos para el negocio y la sociedad.
Ante el endurecimiento de la regulación ESG en el entorno global surgen las preguntas: ¿Cómo suman las Normas de Información de Sostenibilidad (NIS) al logro de este desafiante objetivo? ¿Cómo contribuyen a la consolidación de la agenda ESG en México?
Si revisamos los avances en la adopción de prácticas de divulgación, por estándar, podemos encontrar cifras alentadoras. Ya sean muestras basadas en información de empresas listadas en bolsa o con presencia en rankings internacionales, en general, se observa que más del 75% de las empresas ya divulgan información ESG en sus reportes anuales o de “sustentabilidad”. Este avance se debe, entre otros factores, al impulso que diversos actores del ecosistema financiero han dado a esta práctica, mediante la solicitud de adhesión a estándares voluntarios o marcos regulatorios diseñados ad hoc.
Sin embargo, aún nos encontramos ante una encrucijada, pues el número de empresas que hoy publica datos e información ESG no corresponde ni al 5% del total de empresas a nivel mundial. En México, particularmente, hablamos de que el 95% de las empresas registradas en el país son micros, pequeñas y medianas empresas (MIPyMEs). Y éstas, desafortunadamente, aún no forman parte del movimiento ESG.
Que las MIPyMEs aún no estén adaptando sus estrategias y modelos de negocio a las dimensiones ESG obedece a varias razones. Algunas de estas son la falta de conocimiento, los pocos incentivos de mercado, la ausencia de un marco institucional vinculante, así como clientes y consumidores poco informados. No obstante, en México, como en otros países de América Latina, se están desarrollando esfuerzos para reducir esta brecha que limita el avance de la divulgación ESG.
Con la publicación de las NIS, promulgadas el pasado 13 de mayo por el Consejo Mexicano de Normas de Información Financiera (CINIF), se abre una nueva ventana para dilucidar sobre las oportunidades y los desafíos adyacentes a la práctica de divulgación de información ESG. Mediante el diálogo entre el empresariado mexicano, autoridades, reguladores y otros grupos de interés clave, será posible reconsiderar sus efectos sobre la innovación, la creatividad y la eficiencia, aspectos tan necesarios para hacer frente a problemáticas actuales como el cambio climático, la creación de empleos de calidad y la reducción de la desigualdad.
En la opinión de quien escribe, la promulgación de estas normas que se llevará a cabo en dos etapas[1], contribuye, por un lado, a acercar a las MIPyMEs al movimiento ESG. Esto puede lograrse mediante el conocimiento, la comprensión y la divulgación de la la gestión y los resultados de sus prácticas con impacto ambiental, social y de gobernanza, utilizando 30 indicadores específicos sin necesidad de contar previamente con una estructura de gobierno, una gestión de riesgos o una estrategia ESG. Este es un avance significativo, pues, a diferencia de los diversos estándares existentes, las NIS invitan a las MIPyMEs a conocer lo que hacen desde otra perspectiva y a trabajar en comunicar y “contabilizar” el impacto para el negocio.
Por otro lado, y hablando de la contabilización, las NIS del CINIF, al igual que las NIIF S1 y S2 del ISSB, promueven el registro de notas en los estados financieros. Estas notas deben evidenciar claramente el impacto prospectivo que el contexto social, económico, geopolítico y ambiental puede tener sobre el valor de la empresa que, a su vez, pueda representar un riesgo para la organización en términos del “acceso a financiamiento, flujo de efectivo o costo de capital en el corto, mediano y largo plazo”.
La promulgación de las NIS son un ejercicio necesario para continuar promoviendo e impulsando prácticas empresariales éticas y responsables independientemente del tamaño de las organizaciones y, particularmente, de las empresas. También son un aliciente para que el mercado mexicano continúe madurando en la adopción de políticas y marcos autorregulatorios que permitan continuar sumando al logro de objetivos colectivos como los descritos en la Agenda 2030, más allá de las metas económicas individuales. Y, por supuesto, también trae a la mesa la necesidad de continuar haciendo eco con clientes y consumidores con la finalidad de tener una masa crítica que “premie y reconozca” las prácticas empresariales por su contribución a la construcción de un mercado responsable a partir de la revelación de información estándar.
[1] La primera etapa consiste en la propuesta de 30 indicadores para la divulgación de información ESG. La segunda corresponderá a la solicitud expresa de contar con una estrategia y gobernanza vinculada a cuestiones relevantes para la organización en materia de riesgos ESG.